miércoles, 4 de abril de 2007

Autoconcepto y autoestima


El autoconcepto o concepto de sí mismo se refiere a la percepción que tiene el sujeto de sí mismo. Engloba operaciones y esquemas cognitivos (autopercepciones; juicios descriptivos y valorativos; memoria autobiográfica...) sobre uno mismo en sus diferentes manifestaciones (corporal, psicológico, social y moral).
El autoconcepto en sentido amplio comporta dos tipos de juicios sobre uno mismo:
Juicios descriptivos.
Juicios evaluativos o de autovaloración que componen la autoestima, por lo que ésta sería una parte del autoconcepto (la parte emocional del autoconcepto). La autoestima depende de la evaluación realizada sobre la discrepancia entre la propia auto imagen y el yo ideal, por lo que si nuestra imagen es pobre, entonces hay poca esperanza de alcanzar alguna vez nuestro yo ideal y la autoestima es baja.
Tanto el autoconcepto como la autoestima pueden referirse tanto a la persona como todo, como a características particulares (inteligencia, deportes...). La constitución del autoconcepto depende de una serie de factores.
De la imagen que los demás tienen del individuo, ya que éste tiende a verse a sí mismo tal como los otros le ven.
Del feedback que el sujeto guarda de sus propios desempeños. .
De la comparación que el sujeto establece entre su comportamiento y el de sus iguales sociales.
De la forma en que el sujeto considera su conducta teniendo en cuenta las reglas establecidas por un determinado grupo normativo, en relación con el cual se siente comprometido.
El autoconcepto y la autoestima constituyen predictores, del futuro éxito escolar, mejor que las medidas de aptitud o de cociente intelectual. Todas las investigaciones coinciden en esta asociación si bien difieren en el sentido de la misma:
Para unos, la conciencia del propio valor y capacidad conlleva un mejor aprendizaje.
Para otros, la conciencia de los éxitos logrados conlleva un alto nivel de autoestima.
Lo más probable es que exista una influencia de doble dirección: el autoconcepto influye en los logros y éstos en el autoconcepto.
En general, los procesos de personalidad son aprendidos. No sólo la personalidad es variable crucial del aprendizaje sino que ésta, a su vez, es un conjunto comportamental resultante del aprendizaje (experiencia). Las experiencias más importantes para el aprendizaje y la formación de la personalidad son las experiencias interpersonales con el medio social, con personas significativas para uno mismo. Además la personalidad se expresa en buena parte por nuestra relación con otras personas.


Fuente:
Narciso Rodríguez Zarallo, Aspectos relevantes de la diversidad para la educación, Colegio Santa Teresa de Badajoz, España.

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